Se sabe por los sabios del culto a Rao, que este amuleto ha
sido entregado de patriarca en patriarca durante siglos. Al desaparecer Agath,
el amuleto desapareció con él, hasta hoy. Recuperar esta reliquia siempre ha
tenido importancia para la fe del dios del bien y la razón. Su creación es un
misterio, pero el propio culto argumenta, sin tampoco fuentes escritas fiables
en las que basarse, que habría sido puesto por el mismísimo Rao en Oerth antes
mismo de la llegada del hombre, escondido reposó durante milenios, hasta que el
primer patriarca de la primera tribu lo encontró, guiado por la sagrada deidad.
El mágico
y dorado metal del que está fabricado este pesado amuleto es inmune a toda
fuente de daño, y se especula que solo las frías garras del señor del abismo
Demogorgón pueden destruirlo. De hecho, la criatura que habita la sima del
abismo anhela aniquilar todo artefacto sagrado que esté vinculado a Rao. Se
sabe que si el portador llegase al abismo, podría ser detectado y localizado
rápidamente por las huestes infernales.
El
amuleto tiene conciencia propia, y su voluntad es afín a los deseos de la
mismísima deidad. Puede retirar sus beneficios a cualquiera que no actué según
sus preceptos. Todas las habilidades que proporciona el poderoso objeto son realizables
solo en respuesta a una breve y sincera oración a Rao, no existen palabras u órdenes
de activación especificas.
Se puede
llegar a ser portador del objeto normalmente de tres maneras: O el anterior
portador te lo entrega voluntariamente, o el amuleto es encontrado por alguien
cuando ha sido rechazado por el anterior dueño, o este ha fallecido. El amuleto
se mostrará como un objeto sin más beneficio que el valioso y pesado oro con el
que ha sido forjado, si no ve digno al nuevo portador tras una rápida inspección
telepática, en la que examina sus ambiciones más evidentes, su ideología mas básica,
sus creencias religiosas y su alineamiento. Entonces puede decidir mostrase
como un amuleto no mágico, o como el artefacto que realmente es. Cualquier
criatura que demuestra bondad y otras virtudes asociadas a Rao puede ser merecedor
del amuleto, sin necesidad de pertenecer a su iglesia.
Una
vez que el nuevo portador es elegido por el amuleto, este transferirá telepáticamente
toda la información sobre sus funciones y condiciones. Todo lo que está escrito
en esta hoja es sabido entonces, de un segundo para otro. También, el nuevo
dueño recibirá como recuerdo propio, información básica sobre cómo se separó de
su anterior dueño. Esta habilidad fue de utilidad, por ejemplo, en 532 c.y.,
cuando el entonces patriarca de Rao, Samuel "sagrada mano", fue
atacado por el despiadado Hygruckaseramthik, verdugo de Incabulos, asesinándole
en su propia cama. El nuevo portador adquirió ese recuerdo y así pudieron saber
del ataque, poder perseguir al culpable y llevarle ante la justicia.
Recuerdo de Agath:
El lugar de ese recuerdo parece ser el mismo pantano, al anochecer. Agath esta tumbado entre el fango, su blanca vestimenta está cubierta con una mezcla de sangre y barro. Le cuesta sujetar, aferrar su mano al mango de su maza. Enfrente suya distingues la roca, pero lo más horripilante es la visión de una colosal serpiente negra con dos cabezas draconianas. Una de ellas exhala vapores ardientes, y la otra un aire gélido. La criatura se acerca cada vez más a Agath, como el cazador que se dispone a rematar a una huidiza presa.
_
Heraldo de Wastri, aquí me tienes, no voy a huir. Tu ganas, pero lo peor no es
eso, lo peor es que no eres consciente de las consecuencias de ello._ Recrimina
Agath a la negra serpiente.
_ Tu
profanaste mi templo sacerdote, has invadido mi hogar y estas pagando por ello.
No me interesan..._ Pero las palabras del dragón son interrumpidas por el grito
aleccionador de Agath.
_¿!Es
que no has visto la intrusa oscuridad!?, nacerá cerca de aquí, donde se va a
erigir la ciudad de muerte, ¿!Crees que eso no te va afectar!?,¡Ni tu señor será
capaz de librarse de él, porque será demasiado tar..._ Las palabras del
patriarca se ven interrumpidas por las llamas que lanza una de las cabezas de
la criatura, que rodean el ya maltrecho cuerpo del sacerdote. Estas producen
horribles quemaduras en su piel. Agath se retuerce en el suelo, agonizando, con
la respiración entrecortada y entre contenidos gemidos de dolor. Entonces su
mente, intentando evadir el sufrimiento, eleva una plegaria final a Rao. Su
adversario vuelve a hablar, consciente de que ya no volverá a ser interrumpido.
_No
Agath. No he tenido tus delirios. Esas fantasías, como tus restos, serán pasto
de mi pantano._ Entonces, una de las cabezas se vuelve y mira en una dirección
fuera del alcance de Agath y su amuleto._
¿Satisfecha, mujer?_ Y una fría voz femenina, que presencia la escena
desde la sombras, responde.
_ Si,
Lord Linnorm. Es lo acordado. Repartámonos el... botín.
Entonces
llega el último aliento, y la nada.
Propiedades:
- +6 a Sabiduría
- +6 de bono CA y TS's (Desvío a CA y resistencia en
tiradas de salvación)
- Actúa como un símbolo sagrado de Rao que una vez al
día, Y a discreción del mismo amuleto, puede aplicar 10d10 de daño de energía
positiva a cualquiera que lo toque.
- El portador es inmune a cualquier conjuro o efecto de
la escuela de encantamiento/hechizo que sea causado por cualquier criatura no
buena.
- +15 a las pruebas de concentración y al saber de
religión.
- El portador puede pedir, en una sencilla oración a Rao,
que el amuleto produzca los siguientes efectos, una vez al día, como acción de
asalto completo y nivel de lanzador 20 (SAB 22):
- Aura Sagrada
- Custodia contra la muerte en grupo
- Santuario
en grupo