domingo, 23 de septiembre de 2018

Disolviéndose




Y Gabriel agarró la maza que terminaba en un extraño cráneo metálico.

El ser de corona y huesos dorados se elevó en el aire, y en apenas un segundo un infierno torrencial de viento y hielo se desató en la habitación.

El grupo esta separado, la visibilidad casi nula, solo se podían oír a gritos y moverse por el resbaladizo hielo que rápidamente se formaba en el suelo de piedra convertía en una osadía unos simples pasos.

Gabriel soltó la maza y viendo que salir de ahí rápidamente iba a ser muy complicado para él, enarboló su bastarda y se encaró contra el ser, que flotaba desafiante sobre el diván en el que instantes antes yacía.

Fueron unos rápidos segundos. Los cristales de hielo cortaban como cuchillas mientras Gabriel y Cyrus atacaban, intentando no perder de vista al enemigo y comprobando que muchos de sus ataques simplemente no parecían causar mella, el ser era también incorpóreo. Darthis se acercó a ellos para sanarles y Trent, más apartado y confuso al no poder ver lo que sucedía, intentó infructuosamente deshacer la magia que les azotaba

Magia que resultó ser poderosa y letal. El ser desató un repertorio de frio, fuego y muerte. Cyrus fue víctima de una impresionante muestra de poder. Su cuerpo explotó en pedazos, quedando reducido a un montón de volátiles ascuas. El conjuro asesino además causó una deflagración que dejó heridos y paralizados al resto. Después, el siniestro mago se ocultó, aprovechando la furiosa bruma que había invocado, e incluso dejó sin sentido a Gabriel, que no paraba de acecharle.

Darthis, viendo la desastrosa situación, y habiendo perdido de vista la amenaza, cargó sobre su hombro al aturdido paladín y salió de la habitación, con el máximo cuidado y esfuerzo, intentando no dejar caer a su compañero y evitando resbalarse con el suelo congelado. Se reunió con Trent a ha salida y se retiraron a la parte más alejada del pasillo, mientras sus maltrechas espaldas aun sufrían un último castigo arcano en forma de cono de frio. Aun así, el ser dejó de perseguirles.

Tras despertar Gabriel, recuperarse de las heridas e intentar comprender lo sucedido, esperaron a que el hechizo viento y hielo acabase para volver a entrar y al menos, recuperar lo que quedase de Cyrus. Gabriel fue el primero, se adentró en la bruma verdosa que persistentemente cubría ese pasillo. Y emergiendo a su encuentro, apareció el ser. Durante unos segundos se miraron fijamente sin decir nada. Uno inexpresivo y el otro en guardia. La mandíbula dorada no se movió, pero Tanto el paladín, como el resto de sus compañeros que esperaban detrás oyeron esa voz antinatural.

“Flaenia y vosotros os disolveréis, y de eso no podréis escapar”

Y desapareció atravesando una pared del pasillo. Había tirado el cofre de metal verde con lo que había dentro, y había añadido una pequeña porción de ceniza.

Exploraron todo el habitáculo, moviéndose por el desastre provocado por las fuerzas que ahí se habían convocado. Estaban seguros que algunas de las pertenencias mas poderosas del elfo se habían salvado de la explosión, pero ahí no estaban. Mostrando una extraña cortesía hacia sus rivales, El ser dorado quiso ponerles fácil recuperar el cofre y los restos del compañero caído, pero se cobró su botín de guerra.

Se retiraron a la capilla. Hablaron poco de lo sucedido y rezaron. En sus oraciones, Darthis tocó el alma de Cyrus. Pero esta había partido sin intención de volver. Observó a un Trent impotente ante lo que estaban encontrando y a Gabriel, frustrado y confundido. Entonces entendió cuanto les estaba afectando a todos esta incursión. Como les estaba minando las fuerzas y la motivación. Recordó a Sather, aquella alquimista de Pitchfield que no quería hablar de la tumba, como de rota quedó su alma y su fe tras salir de allí, ¿Qué buscaba realmente Desatysso para querer volver a entrar tras salir indemne la primera vez?, ¿Porque antes de comenzar la intrusión oscura, el principal motivo que los había llevado allí en busca de respuestas, alguien querría penetrar en este lugar de pesadilla, tan absurdo como macabro? No dejaba de pensar en todo lo que ocultaba el hechicero en su diario.

Pero lo que mas le atormentaba era el peso que llevaba sobre sus hombros. Él era ante todo un sanador, ¿Pero sería capaz de sanar las heridas más profundas que estaban causando las fuerzas enemigas en sus amigos, en él mismo y en toda Flaenia?

Pero Darthis no compartió sus dudas. Ya era suficiente por hoy. Apenas era mediodía, solo llevaban ahí dentro unas horas y estaban mas cansados que nunca. Apenado y comprensivo, comunicó la decisión de su viejo amigo elfo. Él y Gabriel descansaron y Trent pasó unas horas meditando sobre lo ocurrido, mientras era observado por los rostros deformes que adornaban las paredes de la capilla. Juraría oír algún tipo de oración lejana, recitada como un mantra, un cantico sagrado en una lengua extraña. Pero su deber era descansar y guardar a sus compañeros, buscar respuestas solo era una locura. Su concentración alejó esos fantasmas hasta que desaparecieron.


Horas más tarde, algo más descansados, preparados y en pragmático silencio, reanudaron la marcha. Usaron conjuros para escudarse contra probables amenazas y también para detectar compuertas ocultas, ya se habían encontrado con varias falsas paredes e incluso con una puerta que estaba oculta tras una ilusión. Las cerraduras y los materiales, aun de buena calidad y robustos no resistían sus armas, que se habrían paso con incansable determinación.

Llegaron a varias zonas nuevas de esta forma. Un largo pasillo se extendía al norte. Al fondo una puerta cerrada. Tras ella, parecía haber luz y movimiento y lejanos ruidos de bullicio. Pero no se acercaron a ella y dejaron ese camino para otro momento.

Hacia el sur llegaron a una sala grande, un espacioso taller o laboratorio abandonado, con tres grandes cubas, estanterías y mesas de trabajo donde descansaban vasijas, ollas, polvo y huesos. Parecía alguna sala donde hace tiempo se elaboraban embalsamamientos. Lo que mas les llamó la atención fue una mano momificada, que parecía resistir el paso del tiempo muy dignamente. Resultó ser mágica, pero dejasteis para mas tarde analizarla mas profundamente. Dentro de dos cubas había dos ácidos distintos, y en otra agua sucia. En el fondo de cada ácido yacía un trozo de llave, ambos habían resistido la corrosión. Las dos piezas encajaban y perfectamente formaban una gran llave metálica y dorada. Salisteis de allí por otra pared que se deslizaba dejando ver otro pasillo, con la mano y la llave.


En el siguiente pasillo os esperaba otro obstáculo. Un largo foso preñado de cuchillas. Con ciertas dificultades y no sin dolor, maldijisteis no ser mas ágiles y lo atravesasteis como pudisteis, aunque Trent deseaba que todo fuera tan difícil como esto para él.

Tras otro muro corredizo, descubristeis otra habitación, mas pequeña que la anterior. Parecía algún tipo de salón de recreo o descanso. Había sofás, sillas, mesitas y varios baúles. Pero lo que mas os llamó la atención fue los dos grandes tapices que cubrían las dos paredes. Estos describían con gran detalle y colorido fauna y flora submarina. Se podían ver excelentes bordados de pececillos, corales, etc…


Primero Gabriel, y luego el resto, descubrió de aquella sala principalmente cuatro cosas. Primero, la sala temblaba. Estaba construida separada ligeramente de el resto de la estructura. Y algo la hacia temblar brevemente de forma intermitente, suficiente para derribar a cualquier incauto no muy ágil. Segundo, que en los cuatro cofres alguien había metido solamente serpientes. Parecían venenosas. Tras abrir todos los contenedores, tuvisteis que deshaceros y alejar cuidadosamente decenas de serpientes asustadas. Lo siguiente que descubristeis es que había dos puertas, una de ellas secreta.

Pero lo mas inquietante era la sustancia que cubría las paredes y que pudisteis examinar mejor al retirar los tapices. Era una sustancia viscosa y gris, de varias pulgadas de grosor y que en su interior traslucido contenía decenas de pequeños huesecillos.

Trent sabía bien como activar la puerta secreta, pero la baldosa que había que accionar estaba cubierta de la masa gris. Probó a tocarla con un trozo de madera y esta reaccionó

Entonces las masas grises cobraron vida y se descolgaron de las paredes, aparentemente para adoptar una nueva forma,

Continuará…


Objetos mágicos hallados:

-   - Ojos de tigre: Unas lentillas que se asemejan a unos ojos de felino, metidas en una elegante bolsa de cuero muy fino. El portador recibe visión nocturna como un felino, 30 pies con luz de vela, 60 pies con menos detalle, máximo de distancia. Se gana la dote luchar a ciegas.
-   - Daga de plata (W.S.) +1/+4 contra licántropos.
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     - Una mano momificada


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