“Lex”
Voy a intentar escribir un texto legible, pero mi débil salud lo
complica todo. Se que no quieres verme, pero la verdad tiene que salir a la luz.
Está pasando, y no quieres escucharme. Es su influjo, fueron creadas para eso, bien
lo sabes. Hicisteis creer a todos un documento que es falso. Entiendo que no lo
has hecho a propósito y que sabes lo que estás haciendo, entiendo que no tienes
ninguna sospecha de que estas al borde de la catástrofe. Entiendo, que no eres
tú. Ya no lo eras en el Consejo que organizaste en el castillo Hart, pero
entonces nadie lo sospechaba.
Era falso porque me equivoqué, o fui engañado, da igual. Agath
lo predijo y no le hicimos caso. Tú también lo sabias. Pero decidiste
ignorarlo. Cosechas y riegas el instrumento de nuestra destrucción. Ni te
imaginas la rabia que siento. Porque, aunque tu estas acelerándolo todo, todos
somos culpables. Merecemos nuestro destino.
¿Pero que hay de los inocentes, Mordenkainen?
Evitarme no te servirá. Pero sé que es por las calaveras. Si has
caído, si realmente te han sometido y nadie más lo acepta... Estamos
condenados.
Voy a entregar esta y las hojas subsiguientes sobre propiedades
y método de destrucción de las malditas calaveras de Nerull a Jalucian. Por fin
la verdad, Aunque parece demasiado tarde. Para averiguar esto he perdido años
de mi vida, a mis amigos y mi salud. Me gustaría creer que aún hay esperanza.
Jalucian, sabrás qué hacer. Siempre has estado ahí para
ayudarnos y aconsejarnos. No puedo acudir a nadie más.
W.S.
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